Fenomenosofía de la crisis moral de CULLEN, CARLOS A.

Cualquiera que lea atentamente nuestro título evocará sin duda esa gran obra de la Filosofía que es la Fenomenología del Espíritu de Hegel. No queremos decir que Hegel descuide el «nosotros», sino que, por un lado, lo «define» en la experiencia, o lo considera como un «nosotros fenomenológico», que conoce la lógica necesaria de todo el proyecto, que es la «ciencia de la experiencia de la conciencia». «. Para Hegel, «nosotros» no es el comienzo, sino que aparece en la manifestación de la conciencia teórica (como yo-comprensión) como autoconciencia, para finalmente conocerse a sí misma como causa, que se manifiesta como la realización histórica de aquel factor que Hegel llama «espíritu», en la sustancialidad inmediata de la ética. El problema radica en la universalización arbitraria del yo que el lenguaje hace al comienzo mismo del itinerario fenomenológico tal como lo presenta Hegel. Frente a esta segunda naturaleza de nuestra experiencia, oponemos en el presente trabajo, como inmediata e inmutable, la experiencia ético-mítica, dada como somos. Y entonces surge la pregunta sobre el despliegue de esta experiencia. Por tanto, los humanos somos la primera forma de inteligencia. Es decir, la primera manera de definir una relación comunitaria, ético-mítica, con aquello de uno, simplemente porque el otro «existe». Y el origen, para un pueblo, es de la tierra, y no de la naturaleza, como en el caso de la conciencia-ciencia. Y la oposición nos parece fructífera: en la ciencia de la experiencia de la conciencia nos enfrentamos a una sabiduría en la experiencia de las personas. De hecho, se trata de ver lo que sucede, pensar desde nosotros y no desde yo, que estoy en la tierra y no me enfrento a la naturaleza.